El reparto de personajes de esta película kafkiana, es extraordinario.
Hugo Chavez: enfermo de poder, quiere convertir Venezuela en su finca particular. Showman crónico, hábil manipulador de los problemas de su casa, provocando distraer la atención mediática que le agobia.
Ciudadano Juan Carlos: en mi interior algo me dice que estoy con él, en lo de ¿por qué no te callas?, pero no son maneras políticas-diplomáticas de defender algo, sino tienes argumentos locuaces, para hacer callar al macaco venezolano. ¡señor rey guei!, piense en el retiro.
Zapatero el pacificador: actor brillante. Creo que fue el único que mantuvo la talla de "político" democrático aún defendiendo a un fascista, le honra.
Aznar: el figurante. dedicado a vender libros malos, malísimos, pésimos. Dice que lo que habló por teléfono con el presidente, no es lo mismo que Zapatero, comenta, esto ya es el coño de la Bernarda.
Con este reparto, este argumento, Bachelet, como mala directora es el colmo de lo absurdo, propio de los hermanos Marx.
Más que un incidente diplomático o una cumbre socio-política, parece un botellón de adolescentes, una feria mala de pueblo. Bochornosa la imagen de nuestro rey y algunos países latino americanos, como Venezuela, Nicaragua, Cuba...
Yo que siempre vi a estos pueblos con los ojos del romanticismo revolucionario y libertario, si el comandante "Che" Guevara levantase la cabeza, comenzaría otra revolución para echarlos de sus poltronas.
